Se les ocurrió a algunas personas, muy bien intencionadas, que el personal para menores de edad en materia de delincuencia debía dedicarse exclusiva y especialmente a esa labor. Ese proyecto fue interpretado como la necesidad de que haya policías, fiscales del Ministerio Público, abogados defensores de oficio, abogados defensores privados y, jueces, en todos sus escalafones, especializados en justicia integral para adolescentes. Nadie ha negado -por lo menos así se desprende, de los distintos foros nacionales e internacionales-, que los jueces sean especialistas en las materias de su competencia. Esa especialidad ha sido interpretada como "título de especialidad" y muchas personas en muchos países han seguido ese criterio de interpretación. Sin embargo, ése no es el problema, sino que, desde el Poder Judicial se cuestione si los jueces -jueces, magistrados y ministros- necesitan o no de un título que los especialice en las materias de su competencia.
¿Deben los jueces ser especialistas? La pregunta pueden responderse de modo aparentemente sencillo y tajante, porque, a la vez, en tratándose de funcionarios convocados a administrar justicia, es decir, a resolver en definitiva sobre una materia de su competencia, no permite otra respuesta: "los jueces tienen que ser, siempre, profesionales y expertos en las materias sobre las cuales imparten justicia". Se trata de una realidad que, en lo posible, no debería cuestionarse. De ahí la importancia de la capacitación permanente, el estudio asiduo, los foros de discusión, el análisis de la jurisprudencia, la puesta al día en la legislación y, el repaso constante de las opiniones de doctrina.
NARCOMENUDEO A JUICIO ACUSATORIO Y ORAL
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HIDALGO MURILLO, JOSÉ DANIEL
Editorial:
FLORES EDITOR Y DISTRIBUIDOR
Año de edición:
2011
ISBN:
978-607-7799-70-2
Páginas:
228
Encuadernación:
Rústica
Colección:
AUTORAL